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Según algunas mediciones, las infecciones gastrointestinales relacionadas con los alimentos o el agua afectan a entre el 30% y el 70% de todos los viajeros durante o inmediatamente después de sus viajes, según un estudio de 2015 publicado en BMJ Clinical Evidence. Cada año, uno de cada seis estadounidenses y casi una de cada 10 personas en todo el mundo sufren este tipo de enfermedades causadas por bacterias (E. coli, salmonela, listeria), virus (norovirus, hepatitis A) o parásitos (giardiasis, ascárides, tenias).

Los países de renta baja tienen fama de exponer a los viajeros a un mayor riesgo de intoxicación alimentaria, pero la gente tiene las mismas probabilidades de enfermar por una comida mal manipulada en Italia o Australia, o por un poco de sushi comprado en tu supermercado local. A continuación, te explicamos por qué la gente se intoxica, qué hacer en caso de intoxicación y cómo (tal vez) prevenirla.

¿Cuáles son las causas de las intoxicaciones alimentarias?

Se conocen 31 patógenos principales que provocan intoxicaciones alimentarias: norovirus, salmonela, E. coli, clostridium perfringens y campylobacter. Dependiendo de la bacteria, parásito o virus, los síntomas pueden incluir desde unas horas hasta una semana de diarrea y vómitos, además de calambres estomacales, fiebre o dolores corporales. ¿Los culpables más probables? Pollo, pavo o carne crudos o poco hechos; leche fresca; frutas y verduras crudas; marisco; y alimentos almacenados a temperaturas inseguras (por ejemplo, un bufé al aire libre) o preparados de forma insalubre. O puede que el agua te ponga enfermo.

Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de EE.UU., en más de 180 países (casi todos salvo la mayoría de los países más desarrollados) el agua de la canilla no es potable. Esto significa que lavarse los dientes con el agua de la canilla local o incluso lavarse las manos antes de preparar la comida puede provocar enfermedades. "El parásito Giardia es bastante común con el agua contaminada", dice Cindy Chung, médico de Kaiser San Rafael Pediatrics en California (Estados Unidos). "Cuando un niño viene a mi consulta con una diarrea repentina, le preguntó: '¿Has estado de campamento? ¿Has ido a la playa? ¿Has viajado?".

¿Qué puedo hacer si me descompongo?

No hay una solución rápida para las enfermedades transmitidas por los alimentos. La mayoría se resuelven una vez que las bacterias o toxinas han sido eliminadas mediante diarrea acuosa o vómitos. Para combatir las molestias durante este desagradable periodo, los médicos recomiendan beber mucho líquido para evitar la deshidratación y tomar analgésicos sin receta (como el ibuprofeno) para los retortijones. Dado que la diarrea y los vómitos son la respuesta inmunitaria natural del organismo para expulsar toxinas, sólo tome medicamentos contra la diarrea y las náuseas, como loperamida (Fortasec) y subsalicilato de bismuto (Gastronedol), si va a subir a un autobús o un avión y no va a tener fácil acceso al baño. Para mantenerse hidratado, Chung recomienda bebidas deportivas bajas en azúcar. "Demasiado azúcar hace que te sientas peor cuando tienes vómitos y diarrea", dice.

En casos graves, sobre todo en niños o ancianos, considera la posibilidad de que un médico te recete ondansetrón, un medicamento que frena los vómitos para que puedas beber más líquidos. Es posible que puedas cancelar o reprogramar el viaje si estás demasiado enfermo para desplazarte. Los seguros de viaje a veces consideran la intoxicación alimentaria un motivo válido para hacer cambios en el vuelo. "Pero no puedes ir al médico al día siguiente de perder el vuelo y obtener un diagnóstico retroactivo", dice Michelle Couch-Friedman, columnista de The Points Guy y fundadora de Consumer Rescue, una organización de defensa del consumidor.

Qué hacer durante un viaje

Averigua si el agua de la canilla es potable en tu destino con la herramienta Salud del Viajero de los CDC de Estados Unidos o la página de Recomendaciones de Viajes que el Ministerio de Exteriores de España tiene para casi todos los países del mundo. Muchos hoteles de lugares con agua insegura tienen sus propios sistemas de filtración o proporcionan agua embotellada. Pero el agua helada de un mercadillo o las bayas de un puesto de comida de carretera pueden contener sustancias nocivas. En caso de duda, evita el hielo y bebe agua embotellada.

¿Te preocupan los plásticos de un solo uso?

Lleva una botella de agua filtrada resistente y llénala de agua hervida (si el hotel dispone de hervidor de agua) o de agua tratada con pastillas purificadoras. A veces, las intoxicaciones alimentarias se producen porque los viajeros nunca se han topado con bacterias y virus comunes en su destino. "Los lugareños adquieren cierto nivel de tolerancia porque su sistema inmunitario ha estado expuesto a ellos varias veces", explica Bolaris.