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Es común la preocupación en el verano de la llegada de enfermedades como la gastroenteritis en especial en los niños. El responsable de esta patología por lo general es un virus, el cual puede transmitirse a través de superficies, saliva y el contacto físico, los cuales son resistentes a las altas temperaturas.

En general, la gastroenteritis se presenta con cólicos, fiebre, diarrea y malestar general afectando principalmente a niños y niñas en la época de verano, situación que se torna compleja debido a que asisten a colonias de verano y clubes. Por su carácter viral, se debe prestar atención a los síntomas que genera esta inflamación de la mucosa del tracto gastrointestinal, con el fin de evitar focos de contagio. Entre los síntomas de la gastroenteritis se destacan cólicos estomacales, fiebre, diarrea, deshidratación y malestar general. En algunos casos es necesario contrarrestar con una adecuada hidratación mediante el consumo de agua potable, agua embotellada sin gas, agua de cocción de manzana o sales hidrantes indicadas por el médico.

Un aspecto relevante de la enfermedad es la fiebre y deshidratación, la cual puede ser muy severa en algunos casos. En este sentido, si hay fiebre y los padres no pueden manejarla, o si el niño o niña se encuentra decaído, deben acudir a un servicio de urgencias para que sean atendidos a la brevedad. “Existe una preocupación habitual entre las mamás que es la diarrea.

Sin embargo, no es posible dar medicamentos para evitarla, puesto que es parte del mecanismo para eliminar el virus”, agregó el pediatra Jaime Cisneros.

Por otra parte, explicó que las infecciones virales pueden generarse por temporadas, y que de hecho, existe un alza de infecciones de rotavirus y norovirus durante los meses de invierno, mientras que las infecciones estomacales durante el verano suelen responder al aumento del consumo de alimentos crudos, por lo cual es importante que padres y madres tengan en consideración las siguientes precauciones, a fin de evitar contagios:

  • Mantener un buen aseo, en especial en verano.
  • Limpiar objetos que utilicen los niños o niñas.
  • Lavado frecuente de manos con agua y jabón.
  • Utilizar artículos personales de manera absolutamente individual.
  • Desinfectar las superficies duras.
  • En el caso de viajes a lugares donde cambie la composición del agua, se recomienda consumir sólo agua embotellada.
  • Evitar el consumo de alimentos crudos.
  • Evitar el contacto con familiares enfermos.

FUENTE: www.cienciaysalud.com