Verano: Recomendaciones para una correcta higiene alimentaria

Infección e intoxicación alimentaria suenan parecido, pero no son exactamente lo mismo.

Las enfermedades de transmisión alimentaria o ETAs, según las define la Organización Mundial de Salud, son aquellas que se deben a la ingestión de un alimento contaminado con microorganismos o sustancias químicas dañinas. Constituyen uno de los mayores problemas de Salud Pública en todos los países, en especial en los menos desarrollados. La diarrea es el síntoma más típico de estas enfermedades y se estima que 1 de cada 10 personas se ve afectada por alguna de estas dolencias de transmisión alimentaria cada año, la mayoría niños.

La diarrea es el síntoma más frecuente, pero no el único: insuficiencia renal o hepática, trastornos cerebrales, artritis, y en los casos más graves, la muerte (unas 400000 personas al año, un tercio niños menores de 5 años).

¿Qué es un brote de una enfermedad de transmisión alimentaria?

Se dice que hay un brote cuando aparecen dos o más casos de una ETA asociados en el tiempo y en un lugar concreto. Cuando hay una aparición repentina de varios casos de una enfermedad atribuible a los alimentos, se ponen en rápidamente movimiento los servicios oficiales de salud pública para investigar de donde proviene el problema y atajarlo antes de que se extienda más.

INFECCIÓN ALIMENTARIA: es la enfermedad ocasionada por la ingestión de alimentos o agua contaminados por microorganismos vivos (llamados microbios, gérmenes). El microbio o agente infeccioso puede ser una bacteria como la Salmonella, un virus como el rotavirus o un parásito como el Anisakis.

INTOXICACIÓN ALIMENTARIA: Se produce al ingerir un alimento que contiene un compuesto tóxico. Esta sustancia tóxica puede proceder de productos de limpieza, fitosanitarios, medicamentos veterinarios, contaminaciones ambientales, o ser sintetizado en el alimento por una bacteria o un hongo (toxinas bacterianas y micotoxinas).

Teniendo esto en cuenta, cuando se informa sobre un brote con origen en un establecimiento cualquiera, si aún no se ha identificado el agente causante (y esto puede llevar varios días), se debería usar el término toxiinfección alimentaria, por que puede estar provocado por una bacteria o virus (y será entonces una infección) o por una toxina de origen bacteriano (y será una intoxicación)

Diferencia entre infección e intoxicación alimentaria

La diferencia clara está en el agente que provoca la enfermedad, en uno es un organismo vivo que se va a multiplicar en el alimento y/o en nuestro organismo hasta el nivel de desarrollo de los síntomas y en el otro es un “veneno”, un compuesto químico con capacidad de producirnos un daño.

Otra diferencia es el periodo de incubación. En una intoxicación no se suele tener fiebre y empiezas a sufrir las consecuencias unas pocas horas después de consumir el alimento contaminado. En las infecciones sí se tiene fiebre y hace falta que el agente patógeno se multiplique hasta niveles en los que es capaz de causar la enfermedad (dosis infecciosa se llama), y para ello pueden pasar varios días. O incluso años, como en la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (la de las vacas locas).

El resto de síntomas son parecidos: diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal, fatiga, etc. En general nos recuperamos bien, pero pueden surgir complicaciones serias en personas con enfermedades previas, mujeres embarazadas (problemas para ellas y para el feto), niños y ancianos.

Recordemos que la prevención siempre empieza por casa.